Se
puede entender como medicina alternativa, toda aquella práctica médica distinta
de la medicina convencional u occidental, la cual se basa en el método
científico.
En
parte, la medicina alternativa está representada por todas aquellas
especialidades de tipo religioso, orientales, de pueblos originarios de algunos
países que mantienen viva la cultura de sus pueblos ancestrales, con sus
experiencias metafísicas y espirituales. Por lo mismo, tenemos dentro de la
medicina alternativa, a la medicina china, la aromaterapia, la homeopatía, la
reflexología, la meditación, y todas aquellas especialidades basadas en la
energía (entre muchas otras). A veces también se incluye en el campo de esta
medicina a aquellas prácticas derivadas del new age, que en muchas ocasiones
combinan la tecnología con el trabajo o el flujo de la energía mencionada
anteriormente.
Lo
curioso, es que muchas de estas especialidades de la medicina alternativa, en
diversas ocasiones, son tomadas como complementarias por médicos que practican
la medicina convencional. Es así, como muchas de ellas, sobretodo la medicina
china, son abaladas por médicos occidentales, como una vía más, como un
excelente complemento hacia la sanación física. Pero en
ningún caso, llegan a recomendar que se utilice la medicina alternativa, como
única vía. Sólo se recomienda que sea utilizada o buscada, como un complemento
ha lo realizado por la medicina convencional.
Existe
una férrea lucha entre los médicos occidentales y varias especialidades de la
medicina alternativa. Ya que a muchas de ellas, se les atribuye un mero efecto
placebo. O sea, que el paciente cree que aquella práctica lo está sanando, pero
no es más que el mismo quien se comienza a sentir mejor. Por lo que, lo que
practica aquella especialidad de la medicina alternativa, no tiene ningún
efecto real sobre la dolencia de la persona.
Es así,
como muchos médicos occidentales abogan para que estas terapias de la medicina
alternativa, se sometan a distintas pruebas, en son de probar su verdadera
eficacia y dejen de estar en una supuesta “clandestinidad”. Por lo mismo, si es
que se llega a comprobar científicamente que la medicina alternativa funciona,
dejaría de ser llamada de esa manera, para pasar a ser una rama más de la
medicina convencional.
Entre
las prácticas de esta corriente que han tenido reconocimiento científico,
avalado por numerosos estudios controlados, están el yoga y la meditación.
Estas prácticas han demostrado ser eficaces para diversas dolencias corporales
y para disminuir el estrés entre sus adeptos.
Lo
cierto es que en el ambiente en el que vivimos no se suele mostrar demasiada
convicción acerca de su eficacia, opinión en la cual me incluyo, pero hay que
valorar, al menos, el efecto moral-motivacional que tiene sobre aquellos
enfermos incurables, en los que puede llegar a generar una esperanza que la
medicina convencional no puede.
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