Cannabis: primer contacto con las drogas.

El contacto de los jóvenes con las drogas empieza a ser a edades excepcionalmente tempranas. Ya se están detectando casos de menores que a los 13 años comienzan con el consumo de cannabis, el alcohol y los inhalantes. Un primer paso para drogas más fuertes a partir de los 17 años. En concreto, hacia la cocaína.
Estos datos se pusieron de relieve durante la celebración del 20 aniversario de Proyecto Hombre en Málaga, para lo que se han organizado unas jornadas en el Colegio Oficial de Médicos bajo el título `20 años de Proyecto Hombre, reciclando vidas´.
El estudio realizado por esta organización revela un fuerte cambio de tendencia en el consumo, que viene a consolidar a la cocaína como la droga más consumida, desplazando en apenas nueve años a la heroína, que se ha quedado muy residual.
El análisis que realiza Proyecto Hombre de los usuarios de su programa de reinserción muestra cómo los jóvenes se empiezan a introducir en sustancias más fuertes entre los 17 y los 19 años, en muchos casos en familias de clase media. Además, es habitual que este consumo se alterne con otras sustancias como los alucinógenos, las drogas sintéticas, el cannabis y el alcohol.
Lo que impulsa al joven a la ingestión de drogas suele ser, en más de un 50% de los casos, la curiosidad por sus efectos o la influencia de sus amigos. En cambio, otros motivos como pasarlo bien, estar en la movida y olvidar los problemas sólo se argumentan en menos del 10% de los casos.

PERFIL: El perfil del consumidor de drogas que acude a Proyecto Hombre es el de un varón de 25 años, soltero, que vive en la capital y que reside en la casa con su familia. Suele ser policonsumidor, aunque se inició con la heroína a los 18 años, habitualmente fumada. Sin embargo, en los últimos años está cambiando esta tendencia por el que ingiere cocaína.

La mayor parte de los usuarios de estos programas de Proyecto Hombre se encuentra en paro, después de haber perdido el trabajo a causa de las drogas. Suelen acudir a estas terapias por recomendación de sus familiares y no tienen completados los estudios básicos, lo que dificulta su reinserción social.